La pequeña flor cuyo aroma me deja existir, su brisa me refresca y sus pétalos alimentan mis ganas de vivir. Es lo único que me queda, y como todo, no puede ser mía. Y ella, más que nadie, está muy lejos de mi alcance, en aquel jardín rodeado de ideas y prejuicios que no me dejan entrar. Aquél al que me aventuro de vez en cuando sólo para seguir viviendo; para saber que existe al menos algo que anhela mis cuidados tanto como yo su presencia.
Un secreto guardado en boca de lobos, un anhelo escondido por terror a lo prohibido. Un amor único, ciego e inocente.
Tan delicada que no quiero tocarla, por miedo a arruinar todo lo que es, todo lo que me da. Una luz de esperanza a un abismo ya sin fondo. Una esperanza tan delicada que con la más leve llovizna dejará de existir.
Un amor mutuo. Un amor imposible.
En tus relatos hay demasiado sentimiento. Necesito algo de eso en mi prosa.
ResponderEliminarCreo haber llegado al punto en el que puedo escribir un texto decente cuando
quiera, pero algo decente no significa algo propio o trascendente.
Aunque quizas tengo miedo, porque puede que duela. Creo que he estado
evadiendo algo que nunca solucioné :P
Por otra parte, me gusta mucho la forma que le has dado a tus textos;
sobretodo la metáfora de la flor, transmite muy bien la emoción.
No sé qué decirte, cosas como "espero que tengas suerte" suenan
casi artificiales.
Saludos.
PD: Recordé una vieja posdata mía, que no entendiste una vez
(aunque apuesto se debió a mi mediocre inglés): La esperanza
es lo último que se pierde.
Pues, sin duda puedes escribir un texto decente cuando quieras, pero también los haces trascendentes, pero puede haber muchas razones para no hacerlos propios.
ResponderEliminarEvadir las cosas significa que siguen existiendo, que le das importancia y por lo tanto, que siguen doliendo. Enfrentarlas significa que quieres que ese dolor termine, deberías intentarlo.
Gracias por lo de la metáfora, aunque quizás es tiempo de buscar "una nueva metáfora" en mi vida.
Saludos