domingo, 24 de abril de 2011

La Rosa Negra

Antes de empezar el relato empezaré con dar alguna explicación.
Esto lo escribí hace un año y medio, exactamente el 17 de noviembre del 2009. Por qué hasta ahorita publicarlo? Digamos que será el motivo de inspiración para el que sigue. Habla de un destino "terrible" conocido desde antes, y sin embargo, la decisión fue arriesgarse. También debo mencionar que, este debe ser no sólo el comienzo de una historia, sino el comienzo de escribir relatos de este estilo. Sobre el final, lo he pensado sí. Pero todo a su tiempo, y ese no ha llegado.



La Rosa Negra

Todo se encontraba en silencio, ni una sola vibración que interrumpiera aquello. El silencio total era sólo superado por el silencio de la desesperación; un hombre sentado, contemplando lo que sería su destino y a pesar de saber lo que vendría después, él lo eligió y no se arrepiente. Una rosa negra estaba postrada en la mesa, era lo más hermoso que alguien haya visto y aquel hombre la consideraba la cosa más perfecta existente.

Sus pétalos eran hermosos, estaba en la mejor época de las rosas apenas floreciendo, sin estar cerrada y sin estar cerca de la muerte. Su tallo no era nada sobresaliente, pero una vez más lo consideraba perfecto.

Había una cosa que el hombre ignoraba, las espinas de la rosa traspasaban cualquier cosa, eran mortalmente hermosas.

Sabía lo que tenía que hacer, alargó su mano y rosó suavemente los pétalos negros; en ese momento supo la verdad, tenía que sellar su destino, amaba a esa rosa y nunca se separaría de ella. Corrió el dedo hacia una de las espinas y sintió una punzada que sabía que soportaría cuantas veces fuera necesario. Un hilo de sangre corrió sobre la mesa; a partir de ahora nunca se separarían.

Él la amaba y soportaba que lo lastimase, valía la pena soportar el dolor, sólo para tener una oportunidad de estar con ella y poder acariciar sus pétalos. Él lo sabía, eligió su destino, esa rosa…terminaría matándolo.

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