domingo, 28 de agosto de 2011

Pequeña Princesa




No te busqué por ningún lado, ni siquiera pasaba por mi cabeza encontrar a alguien como tú. El amor nos envolvió suavemente, con seguridad y sin error.

No es el amor el que falló, ni fui yo esta vez. Ni tú. La vida misma nos falló, porque nos alejó cuando era lo último que deberíamos hacer. Porque aunque te tuviera a mi lado con infinitas ganas de abrazarte no podría hacerlo. No como me gustaría. Tenerte entre mis brazos de manera sólida y sin dejar ni un resquicio para que el amor pueda salir, se quedaría entre nosotros como lo hará por un tiempo, antes de que mis recuerdos abandonen tu mente porque aún no está lista.

Siempre existirán miradas extrañas que nos juzgarán, y aún no estamos listos para soportarlas. Por ahora tenemos ese problema y me temo que será suficiente para separarnos. Un solo problema, mi pequeña. Mi Pequeña.

Fuiste mi princesita mientras atribulados pensamientos invadían tu mente, mientras los problemas de la edad aparecían y me empezaron a echar. Tan sublime, tan cambiante.

Tienes todo lo que algún día quise. Inocencia y pasión por igual. Dices las cosas con sinceridad, pero sin perder fuerza. Lo dices con vergüenza sin dejar de ser verdad. Me amas. Y yo te amo pero piensas que es un juego. Te amo y lloras por algo inalcanzable.

Me olvidarás porque no me conociste por completo. Porque piensas que no mantendré mi palabra.

Antes de que pase te pido una cosa. Abrázame muy fuerte, que no pueda respirar; para quedarme aquí contigo, por hoy...
... y por siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario